sábado, 6 de octubre de 2012

Comercio Electrónico para todos


Por Sebastián Galanternik

El comercio electrónico en la Argentina creció en facturación un 49,5% más en 2011 respecto al año anterior por operaciones que realizaron más de 9 millones de usuarios, según el relevamiento anual de la cámara del ecommerce local (CACE), encargado a la consultora Prince & Cooke.
Las clases ABC1 tiene el 25,7% del total de compradores, y las C2C3D, el 74,3%, lo que reflejan según Prince, una democratización en el comercio electrónico. Con un nuevo mercado que no para de crecer, hoy en día, es más costoso para una empresa no estar vendiendo en Internet que asumir el costo de tener su propia tienda online.
Pero, ¿Cómo comenzamos a vender por Internet?
Para los emprendedores, lo más aconsejable es comenzar con una inversión pequeña para meterse de a poco en las ventas online. Actualmente, muchos arman una página en Facebook y suben imágenes de los productos que venden y viralizan su contenido en la red social. En primera instancia esto es gratuito, cualquiera puede subir fotos de sus productos para captar interesados, aunque siempre es aconsejable la presencia de un administrador o Community Manager experimentado para resolver las inquietudes de los visitantes y futuros clientes. La Argentina es uno de los países con más usuarios en Facebook en relación a los usuarios de Internet y tiene los más altos promedios de permanencia en página en esta red social de todo el mundo, por lo que está repleto de gente navegando de la cual podemos llamar su atención con nuestro emprendimiento.
Sin embargo, muchos encuentran molesto ser etiquetados en fotos de productos, que se les llene su línea de tiempo de publicidad (aceptemóslo, es lo que es) y corremos siempre el riesgo que nuestra página sea reportada. A esto hay que sumarle el factor más importante: Facebook no tiene una plataforma de pagos para que los clientes realicen el pago de su compra en forma online. Esto se debe a que, si bien es muy útil para encarar una nueva idea para introducirnos en el ecommerce, lejos está de ser un verdadero sitio de comercio electrónico.
Otra alternativa para comenzar a vender por Internet es a través de MercadoLibre.Estas páginas permiten a cualquier persona que se registre vender sus productos y se basa en un sistema de reputaciones y preguntas de los clientes al vendedor para hacer las transacciones.
Publicar un artículo en el portal de ventas es muy fácil e intuitivo, dominar todos los aspectos que tiene que tener la página de nuestro artículo para que sea efectivo, no lo es. Cada producto que “subamos” debe contar con sus imágenes originales, una descripción que llame la atención, bien cuidada en lo estético y con una esencia de nuestra marca, y sobresalir entre los productos de la competencia para que el que publicamos sea el elegido por el visitante. Envíos gratuitos, mejor precio, disponibilidad horaria, entre otros factores son cruciales para destacarse. La competencia es muy fuerte, hay quienes son vendedores en el sitio desde que se creó y acaparan un gran porcentaje de aparición en los resultados de búsqueda de MercadoLibre. Nuestro producto tiene que ofrecer algo que la competencia no lo haga y, además, que su publicación sea llamativa para incentivar la visita y la posterior venta. Se mueve, como su nombre lo indica, por las reglas del libre mercado. A su vez, por el servicio, estos sitios compran una comisión sobre la venta que realizamos, lo que no es un aspecto menor. Lo que dificulte la venta sea que por política del sitio no se pueden dar direcciones de mail, del local comercial, número de teléfono o algún contacto para conversar con el cliente. El producto tiene que venderse por lo que se muestra en la publicación y nada más. En cuanto a su plataforma de pagos, en el caso de MercadoLibre, cuenta con Mercadopago. Este mecanismo puede instalarse en cualquier sitio externo y tiene mucho éxito por las oportunidades de financiación que posee.
Sin embargo, si no queremos competir contra otros vendedores en un sitio web podemos animarnos a armar nuestra propia página en Internet con una plataforma de pagos online y su propio Administrador de Contenidos (CMS) para ecommerce. Un CMS sería, a grandes rasgos, el motor de un sitio web. Con él podremos subir los productos, controlar el stock, actualizar los precios, sacar o poner banners promocionales y todo lo que haga al funcionamiento de nuestro sitio. Un usuario experimentado de Internet podrá instalarlo y configurarlo, si es que se trata de uno de los gratuitos. Los más populares son Magento, PrestaShop, Oscommerce, Drupal e-commerce, Zen-Cart, Joomla (con IXO-Cart), Wordpress (WP e-commerce), entre otros. Si no tenemos experiencia en la construcción de sitios web, podremos contratar alguna de las empresas que lo hacen. En el país hay desarrollos de CMS locales que nada tienen que envidiarle a los más populares del mundo, pero no son gratuitos: un sitio web para nuestro sitio de comercio electrónico tiene un costo base de instalación y de diseño y, por lo general, estas empresas cobran un abono mensual por mantenimiento y soporte técnico, además del hosting. De todas formas, las ventajas con las que contamos al tener nuestro tienda online propia son muy destacables.
-    No competimos contra nadie. Sólo se publican nuestros productos.
-    Nuestra marca gana confiabilidad al tener su propio sitio de ventas.
-    No nos cobran comisiones por venta realizada ni por publicar: el sitio es nuestro.
-    No hay restricciones, más allá de las aplicables por la Ley, en lo que queramos poner en la web.
-    Podemos poner la dirección de nuestro local, dejar todos nuestros medios de contacto e invitar a los usuarios a conocer el producto antes de comprarlo.
-    Contamos con la posibilidad de hacer publicidad en servicios como Adwords o Adsense de Google para conseguir visitas o en otras páginas de Internet para traer visitas.
-    Si nuestro sitio está bien programado, diseñado, actualizado y tiene un buen tráfico, apareceremos en las primeras páginas de Google.
-    Podemos instalar cuantas plataformas de pago queramos, todas tienen sus propias promociones: Mercadopago, DineroMail, PayPal y también podemos instalar la conexión directa con las tarjetas de crédito que queramos y negociar directamente la financiación, beneficios y promociones, con la empresa o banco emisor del plástico.

Cabe destacar que ninguna de estas opciones, viralizar productos por redes sociales, sitios del tipo de MercadoLibre y tener una propia web, no son excluyentes y pueden articularse entre sí de la mejor manera para dar un mejor servicio. Lo aconsejable, sin contamos con la capacidad para hacerlo, es estar presente en estos tres frentes.
Animarse a vender por Internet es entrar en un mercado en el que cada vez más consumidores ingresan. Ya no es algo para unos pocos. Es para todos.