lunes, 18 de mayo de 2009

Napster, yo te perdono

Tengo Internet desde hace más de once años y he quebrado la ley antes de terminar la primaria. El primero en quebrantar mi alma inocente y legal fue Napster. Como un acosador que les ofrece caramelos a los niños, instaló un ícono en mi escritorio con la cara de un ¿gatito? para llamar mi atención y me acarreó hacia una vida de delitos.

Internet cambió mucho, es otra, absolutamente distinta y lejana a aquella en la que Metallica enjuició a Napster. Por suerte, los artistas y con mayor reticencia las corporaciones, pudieron entender que compartir cultura era algo inevitable y mucho más antiguo que Internet y que no iban a poder detener esta conducta con todos los mejores abogados que pudieran encontrar.

Metallica, recordados por aquel hecho, lanzaron el adelanto de su último disco, Death Magnetic, semanas antes de que se pusiera a la venta en locales por su sitio de MySpace. Radiohead ofreció descargar su disco ‘a voluntad’ de Internet. Muchas bandas más se dieron cuenta de que la gente ya hablaba de ellos antes de llenar las disquerías con sus placas a precios irreales e inverosímiles para los mercados latinoamericanos. Y que tenían que llegarles como sea.

Documentales como Super Size Me se pueden ver por Internet, sin abonar un centavo a ninguna distribuidora y de manera absolutamente legal. Coca Cola, quien hace once años hubiera hecho un juicio terrible, aceptó la página de su marca en Facebook (creada por usuarios comunes) y hasta coordina con ellos por propia voluntad el manejo de esa ‘página’.

Y la lista sigue.

Por un lado, es necesaria una ley de derechos de autor y de propiedad intelectual en Internet (es un lugar común escribir esta frase hecha que ya me suena tan trillada, un tema tan tedioso, gastado y debatido... pero, es así). Aunque también es igual de necesario que las corporaciones se adapten a este nuevo público (instantáneo, veloz, multidireccional) y que los artistas entiendan que tal vez compartir parte de su obra por Internet, es una gran manera de ganar seguidores.

Mejor ejemplo que yo mismo no existe, que no me compré ningún disco de Metallica desde 1998. El año pasado adquirí Death Magnetic, porque lo escuché en MySpace una semana antes de que saliera y me gustó más de lo que esperaba.

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