Todos quieren ganarle al campeón. Cada rival entrena meses. Salta la soga y le pega a la bolsa de boxeo una y otra vez, embiste como un toro en la soledad de un gimnasio virtual para tumbar al rey de su rojo, azul, verde y amarillo. Pero en el momento de subirse a la arena, sólo él tiene en claro una cosa: sabe que no va a ganar, a menos que haga algo distinto.
Wolfram Alpha, el nuevo servicio web, se presentó como la primera base de conocimientos computacional. No es un buscador común y no pretende destronar a Google como tanto se dijo cuando se publicó la Beta (versión de prueba). Poco tiene que ver Wolfram Alpha con el gigante de Internet. Pero tal vez esa sea su técnica. Por un lado presentar algo distinto que cambie las formas de buscar, o por el contrario, hacer suficiente ruido para que Google la termine por comprar por millones de dólares.
El nuevo 'buscador' se presenta a si mismo como un repositorio de conocimientos. Se basa en información ingresada y seleccionada de forma previa por investigadores y equipos de expertos, que se encargan de poner a disposición dichos datos para el procesamiento de los algoritmos informáticos del servicio.
Como no se considera un buscador web sino una suerte de repositorio de conocimientos que, con decenas de miles de algoritmos, prepara un informe detallado. Ciertos datos se complementan de sitios de Internet como organismos públicos o privados, pero no mucho más. No ofrece enlaces de sitios que pueden contener información. El resultado es la respuesta. Así de llano y complejo por dentro. Pero rápido, fácil y lineal por fuera. Como la modernidad tardía.
¿Estamos ante un cambio de paradigma que comienza a surgir como un susurro en la monotonía del reino en la manera de buscar información en Internet? En mi opinión, ambas convivirán un tiempo hasta que el león pegue un zarpazo y compre a esta excelente idea. O la haga fracasar con todas sus fuerzas.
Google se alza como la panacea del capitalismo y no logra ese status por encontrar rápido lo que el usuario busca. Sino por otros motivos que invitan al lector a una reflexión más profunda de las prácticas empresarias y sus consecuencias.
lunes, 18 de mayo de 2009
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